Los electores irlandeses votarán el 24 de noviembre sobre un proyecto de legalización del divorcio, actualmente prohibido en la Constitución. A este propósito, Mary Kenny expone en The Sunday Telegraph (Londres, 15-X-95) algunos argumentos a favor y en contra.
La experiencia muestra que el divorcio, concebido como solución a una disputa conyugal, engendra nuevos conflictos. El más notorio es el que surge a propósito de la pensión que los tribunales establecen, en la mayoría de los casos, a favor de la madre -que es la que, casi siempre, se queda con los hijos- y a expensas del padre. El divorcio suele suponer una importante reducción de renta para la madre y los hijos, que el padre debe compensar en virtud de sus obligaciones con éstos. Los frecuentes casos de impago de pensiones, por dificultades económicas o por irresponsabilidad, constituyen el más común casus belli para el bando de la mujer divorciada.