En una Carta circular a los obispos, la Santa Sede mantiene que la enseñanza religiosa en la escuela es un derecho de los alumnos y que no equivale a la mera exposición comparativa de las religiones.
Mientras en Rusia la enseñanza de la religión vuelve a la escuela, en Venezuela puede desaparecer de las aulas si se aprueba la nueva Ley de Educación de Chávez.
A menudo se discute sobre la enseñanza de la religión en la escuela pública, que algunos proponen suprimir alegando que es contraria a la laicidad del Estado. Pero el hecho es que muchos alumnos apenas saben nada de religión, y resulta más urgente plantearse si la laicidad es compatible con la incultura.
El Tribunal Supremo reconoce que los colegios deben ofrecer la asignatura de Religión y que los Acuerdos con la Santa Sede son conformes con la Constitución.
En Québec, todos los niños han sido obligados a estudiar una asignatura de Ética y Cultura Religiosa que consagra el relativismo. La polémica está en sintonía con la que en España provoca la Educación para la Ciudadanía.
En Cataluña, donde las cifras de asistencia a la asignatura de Religión católica son mucho más bajas que en el resto de España, la inmigración está dando la vuelta a la tendencia.
El comienzo del curso es momento para propuestas educativas y debates en torno a la escuela. En el mundo anglosajón, administraciones públicas y sociedad civil discuten la manera de afrontar la creciente presencia de minorías étnicas y religiosas.
Quien se ofrece a ser profesor de Religión católica, además de conocer la materia y saber enseñarla, no puede adoptar públicamente una conducta contradictoria con la doctrina que transmite.
La sentencia del Tribunal Constitucional español sobre los profesores de religión católica reconoce que el juicio de las autoridades religiosas sobre la idoneidad del profesor puede tener en cuenta tanto su aptitud pedagógica como la coherencia de su conducta con sus enseñanzas.
Quizá como avance de su anunciado discurso sobre el papel de la Iglesia durante la "etapa colonial", Evo Morales se ha despachado con duras palabras contra la jerarquía católica boliviana: "Estoy muy preocupado por el comportamiento de algunos jerarcas de la Iglesia católica. Actúan como en tiempos de la inquisición". Con estas palabras, el presidente terciaba en una polémica de la que ya no podía permanecer al margen, tras los insultos de dos de sus ministros contra la Iglesia.