Cuatro países con buenos resultados en la última edición de PISA muestran que un sistema educativo puede ser de calidad sobresaliente y a la vez equitativo.
Aunque sus resultados los sitúan en niveles diferentes, ambos acreditan una historia de superación que ha sabido compatibilizar la excelencia con la equidad.
La tecnología aplicada a la educación aún no está sirviendo para mejorar los resultados académicos ni para reducir la brecha entre los mejores y los peores estudiantes.
El mercado laboral demanda cada vez más titulados de Formación Profesional superior. Un informe de la OCDE propone algunas políticas para asegurar su calidad.
Las intervenciones más influyentes son las que contribuyen a crear en casa un clima de aprovechamiento educativo, y no tanto las relacionadas directamente con la vida de la escuela.
Al igual que las “charter schools” en EE.UU., los colegios públicos de gestión autónoma en Inglaterra han logrado equilibrar el derecho a elegir y la equidad.