En Bélgica y Holanda, donde los pacientes psiquiátricos pueden acceder al suicidio asistido, muchas veces el procedimiento se efectúa con prisas y atropellando las normas.
La reforma de la ley sobre el final de la vida, recién aprobada en Francia, se queda corta para los partidarios de la eutanasia y resulta ambigua para los provida.
El Dr. Álvaro Gándara se ha “gastado los nudillos” en tocar puertas para intentar explicar a los políticos los cuidados paliativos, única alternativa respetuosa con el paciente terminal.
Tras una larga disputa sobre un paciente en estado vegetativo desde 2008, un tribunal francés ha dictaminado que los médicos pueden, de acuerdo con su criterio, negarse a retirar la alimentación.
La Cámara de los Comunes ha descartado por una diferencia de 212 votos un proyecto de ley que pretendía legalizar el suicidio asistido en Inglaterra y Gales.
La causa del suicidio asistido tiene poco que ver con el llamado “dolor insoportable” del que hablan las leyes, y más con la idea de que solo algunas vidas merecen la pena.