Una ley de eutanasia, como la recién aprobada en España, muestra qué tipo de sociedad se quiere construir, al definir qué se entiende por dignidad, cuidado o autonomía.
Un proyecto de ley para facilitar el suicidio asistido a los mayores de 75 años reaviva una idea formulada en la década de los 90: la de una pastilla para matarse a discreción.
El presidente portugués pide que se revise la ley aprobada por el Parlamento, por considerar que no define bien los requisitos para morir y el procedimiento para comprobarlos.
La ley de eutanasia en España afecta de forma particularmente grave el ejercicio de la medicina. Desde los Colegios de Médicos nos tocará estar vigilantes.
Xavi Argemí, un joven aquejado por una enfermedad incurable, sigue adelante cada día con el apoyo de su familia, sus amigos, su fe y los cuidados paliativos: “Toda vida es digna”.
Unos centros de atención psiquiátrica, promovidos por una congregación religiosa en Bélgica, aprueban la eutanasia en ciertos casos. La Santa Sede no lo admite.
Un médico argumenta contra la eutanasia apoyándose en su experiencia clínica, y un filósofo la defiende pero critica las incongruencias de las propuestas usuales de legalizarla.
Legalizar la eutanasia no afectaría solo a quienes la pidan: repercute en las relaciones entre enfermo y familiares, en la ética de los profesionales sanitarios y en la consideración social del respeto a la vida humana.
Según la reciente propuesta de ley, la eutanasia es el último recurso tras agotar los “otros medios” para mitigar el sufrimiento. ¿Hasta qué punto están disponibles esos otros medios?