Spielberg recupera el nivel de sus mejores obras con una sátira sobre la guerra fría y el espionaje que cuenta con habilidad un caso real. Oscar al actor de reparto (Mark Rylance).
Franzen describe el desequilibrio de unos personajes posmodernos, con un compromiso social y político muy acentuado, pero volubles y deshonestos espiritualmente.
Martin Amis ambienta su novela en un campo de exterminio nazi, pero no escribe sobre las víctimas, sino sobre las relaciones, amores y celos de los verdugos.
Un estudio revela el aumento de la mortalidad y el deterioro de la salud de los estadounidenses blancos de mediana edad, sobre todo entre los de menos educación.
Las cifras muestran que el número de empleados públicos no es tan excesivo como a veces se cree, aunque el Estado de las autonomías engordó la Administración.
La protagonista de “El último Catón” busca esta vez los osarios de Cristo y su familia. La novela es una interminable retahíla de fechas y dudosas fuentes históricas para enredar una trama insustancial.
Para Alfredo Cruz, no hay que entender la moral como un elenco de prohibiciones, sino más bien en relación con el apetito natural y el desarrollo de las virtudes.