La trayectoria descendente del inglés Guy Ritchie (1968) se ha quebrado con esta sobresaliente película sobre uno de los personajes más famosos de las novelas policiacas, creado en 1887 por Arthur Conan Doyle. Ritchie ha contado con el excelente trabajo de cuatro guionistas que han sabido construir una historia que toma elementos de las cuatro novelas y el medio centenar de relatos protagonizados por el detective excéntrico que resuelve los casos con sus excepcionales dotes de observación y una inteligencia analítica y deductiva, siempre con la ayuda de su fiel amigo el doctor Watson.

Los 90 millones de presupuesto se han utilizado sabiamente para lograr una impactante reconstrucción del brumoso Londres victoriano en el que conviven la elegancia más atildada y la sordidez de los bajos fondos. La calidad de la producción no es fruto de la casualidad; Ritchie ha contado con tres mujeres que son lo mejor de la profesión para cintas de época: Sarah Greenwood, Jenny Beavan y Katie Spencer. La música de Hans Zimmer es muy adecuada en su rotundidad socarrona y el montaje de Herbert, habitual colaborador de Ritchie, funciona muy bien imprimiendo a la cinta un ritmo magnífico, simpático y muy ameno.

La técnica se pone al servicio de un guión que lee de manera muy inteligente la obra de Doyle, definiendo magistralmente a los cuatro personajes protagonistas: el desastrado y genial Holmes, el concienzudo y metódico Watson, la sinuosa y seductora Irene Adler y el tenebroso Lord Blackwood. El acertado casting permite unas interpretaciones muy eficaces, con uno de los mejores trabajos de Jude Law, perfecto en su papel de Watson (que en las novelas es narrador y aquí -muy acertadamente- no). Un colosal Downey reinventa su personaje, con un registro -por carácter y por físico- que poco tiene que ver con lo que habíamos visto antes en cine y en televisión.

Teniendo en cuenta los anteriores excesos arrabaleros de Ritchie, hay que felicitarle por lograr una película de aventuras para un público amplio (en Estados Unidos es una cinta calificada PG-13), en la que los conocedores de las obras originales identificarán -convenientemente minimizados- los aspectos más oscuros e inquietantes de las aventuras del famoso detective de Baker Street, en un relato chispeante y espectacular. En suma, una excelente película de aventuras que puede llevar a muchos a descubrir las obras de Conan Doyle, especialmente esa deliciosa novela titulada Estudio en escarlata, la primera aparición de Holmes.

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