Astroboy nació en 1952. Entonces en forma de cómic, manga para los puristas. En 1963 saltó a la pequeña pantalla de manos del maestro Rintaro, y desde entonces ha conocido más temporadas televisivas, la última en 2003. La nueva versión, animada digitalmente, es la primera para la pantalla grande y supone una puesta al día del joven robot y su mundo.
Astroboy es un androide fabricado por el doctor Tenma, a imagen de su difunto hijo. En el manga y en las primeras versiones de televisión, el niño fallecía en un accidente de tráfico; en la presente, a causa de un experimento militar instigado por el perverso Stone, cruel y tiránico presidente de Metro City.
Y este es el segundo elemento de la nueva película. Estamos en Metro City, maravillosa ciudad que flota orbitando sobre la Tierra, reducida a un triste basurero. En la tecnificada urbe se ignora que todavía hay gente abajo. Astroboy, que inicialmente se cree humano al 100%, descubrirá que es un sofisticado androide dotado de la última tecnología militar, huirá de su padre y de los militares de Stone, llegará a la Tierra…
La historia tiene montones de alusiones que no han sido desarrolladas, tal vez por considerar que un público menudo no puede asimilar demasiada información: referencias a Wall-E, Inteligencia Artificial (habría que preguntarse si Spielberg no las tomó del Astroboy original), Pinocho, Peter Pan, Yo, Robot… pero todo queda subordinado a la acción con grandes batallas que van in crescendo, hasta llegar al conflicto final, realmente notable.
