Su mejor historia es un relato sobre el cine durante la II Guerra Mundial. En aquellos años dorados de la producción, el mundo entero vivía pendiente de la cartelera y el cine era vital para influir en el ánimo de la población o como medio para mantener las alianzas internacionales. La película es también un reconocimiento al arduo trabajo del guionista en una producción cinematográfica: muestra la importancia de la escritura y la dificultad que entraña.

Y es, además, una cinta cuidada en todos sus detalles, con una puesta en escena mimada, muy bien ambientada y bien interpretada. Pero, a pesar de todo, Su mejor historia se queda muy lejos de otros títulos de la directora danesa como Italiano para principiantes o la magistral An Education.

Es posible que, en ese juego de cajas chinas que es el metacine, a Scherfig y a su guionista Chiappe se les haya ido de las manos el guion a favor de la segunda película. Me explico: parece que han puesto más cuidado en la escritura de la película que está preparando el equipo de producción que en la misma historia. De hecho, el momento más emotivo de la cinta lo arranca la proyección de algunas escenas cuando finalmente se estrena el film.

La historia real, la del equipo de producción, parece simplemente un envoltorio con unos cuantos lazos: uno para el liderazgo femenino, otro para el romance, otro más para la acción bélica y otro para el humor. A todas esas derivadas les falta profundidad, fuerza: son ornamentos que finalmente consiguen una película agradable pero no brillante.

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