El programa Bolsa Família (Brasil) y los cupones de comida (EE.UU.) ofrecen dos ejemplos de cómo el Estado puede ayudar a mitigar la pobreza de millones de personas.
Ponen en marcha una iniciativa para que chicos de países en desarrollo asistan a la escuela en vez de trabajar para contribuir al sostenimiento de sus familias.
El Banco Mundial ha revelado en un informe que por primera vez hay menos pobres en todas las regiones del mundo y ya se ha alcanzado el Objetivo del Milenio marcado para 2015.
Mientras aumentan las necesidades, los Bancos de Alimentos han tenido que luchar para que no desaparezca el Programa Europeo de Ayuda a los más Desfavorecidos.
El promotor de los portátiles baratos para niños pobres reconoce que se planteó expectativas desmesuradas, pero piensa que los buenos resultados avalan el programa.
Bajo el lema “Ocupa Wall Street”, grupos de manifestantes han protestado en Nueva York y otras ciudades de EE.UU. La frustración ante la crisis y una tasa de desempleo del 9% se ve agudizada por la desigualdad, reflejada en un reciente estudio de la Oficina del Censo.
Diversos países han levantado muros en sus zonas fronterizas para mantener a raya la inmigración, el contrabando y el terrorismo. Pero ¿puede aislarse el mundo de la miseria que, simplemente, lo desborda?
Paul Collier, profesor de la Universidad de Oxford, analiza en este ensayo las dificultades económicas de los países en desarrollo y apunta algunas medidas que pueden hacerles salir de su atraso.