El intento de imponer la expresión “violencia de género” no es neutral, y tampoco responde al documento aprobado en la Conferencia de Pekín sobre la mujer.
Cinco agencias de la ONU han publicado una declaración contra la preferencia por el hijo varón en Asia, prejuicio que está llevando a la eliminación de millones de niñas por el aborto.
Una agresión sexual contra la mujer no es excusable por el vestido. Pero es importante que el modo de vestir no envíe mensajes equívocos, sino que facilite el respeto entre hombres y mujeres.
Un selecto club femenino norteamericano, cuya misión es favorecer el ascenso de mujeres a puestos de alta dirección, sería ilegal en España si se aprobara la proyectada ley de Igualdad de Trato.
La perspectiva de género es una legítima herramienta de análisis social. Cuando se transforma en ideología, acaba defendiendo que el ser humano es capaz de reinventarse a sí mismo y de elegir hasta su propia identidad sexual.
El estudio Mujer e igualdad de trato, dirigido por la economista Mª Teresa López, propone integrar la protección de la maternidad dentro de las políticas públicas a favor de la igualdad entre mujeres y hombres.
El Gobierno español se plantea elevar de los 14 a los 16 años la edad mínima para contraer matrimonio, aunque la edad de consentimiento sexual está en los 13.
Los mismos que critican a la Iglesia por no ordenar mujeres, no son a veces muy coherentes cuando se trata de la presencia femenina en sus organizaciones.
Las recientes elecciones de EE.UU. han supuesto el avance de candidatas republicanas, mientras Sarah Palin invoca a las “mamás oso” para dar la vuelta al gobierno.
Escritora y activista feminista, Natasha Walter muestra su decepción al ver que la liberación sexual ha llevado a que muchas chicas estén cada vez más pendientes de su físico.
La escritora Erica Jong critica en el Wall Street Journal que se imponga a las mujeres la idea de que la única maternidad auténtica es la que propone dejarlo todo para atender a los hijos.
En EE.UU. el porcentaje de mujeres sin hijos se ha duplicado en una sola generación. Pero la tasa de fecundidad está muy por encima de la europea, aunque ni tan siquiera haya por ley permisos de maternidad pagados.