Energía

Abandonar la energía nuclear es una decisión política que exige un trabajo técnico planeado con muchos años de antelación.
La noticia científica del año: por primera vez se obtiene de una fusión nuclear más energía que la empleada para provocarla. Pero si se suma toda la necesitada para el experimento, el balance sigue siendo negativo.
Gustavo Petro, el primer presidente izquierdista de Colombia, ha señalado como prioridad “descarbonizar” el país.
Para evitar el descontrol de precios, la Comisión Europea quiere intervenir más un mercado cuyos problemas ha creado en parte la mala intervención.
Normalmente elogiado como fuente de energía “verde”, el gas puede agravar el calentamiento global si no se modifican sus procesos de producción y transporte.
La propuesta de la Comisión Europea de recurrir a las centrales nucleares y las de gas para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas, examinada desde el punto de vista técnico.
El gobierno presenta un plan ambicioso pero no dice cuánto costará.
¿Cuánto estamos dispuestos a pagar para “salvar el planeta”? La descarbonización saldrá cara, y la presente crisis energética parece un anuncio de lo que se avecina.
En la conferencia de Glasgow se intentará acordar medidas concretas como poner fecha final al uso de carbón o reducir las emisiones de metano.
Se estima que millones de hogares en la UE no pueden mantener la temperatura adecuada o pagar la factura de electricidad, un tipo de pobreza no evidente.
La crisis del coronavirus reduce el uso de combustibles y de emisiones de carbono, a la vez que favorece comparativamente la inversión en renovables.
“Planet of the Humans”, un documental producido por el polémico Michael Moore, muestra los intereses menos confesables del movimiento de las energías 100% verdes.
Según la AIE, en 2021 las energías limpias pueden dar tanta electricidad como la que ahora producen EE.UU. y la UE.
Animadas por el mensaje ecológico del Papa, miles de parroquias en las islas ya producen o compran energía limpia.
El abaratamiento del crudo en los mercados afecta no solo a los productores no diversificados, sino también a otros países que dependen de ellos.
La abundancia de petróleo gracias al “fracking” provoca protestas ecologistas y trastorna los presupuestos de exportadores como Rusia y Venezuela.
Para desatascar el sector energético en Venezuela, el gobierno de Maduro se plantea dos tragos amargos: aumentar el precio de la gasolina y dar mayor participación a empresas petroleras foráneas.
El incremento de la producción de petróleo y gas obtenidos gracias a técnicas como el “fracking”, convierte a EE.UU. en un actor clave del mercado energético global.
Prescindir de la energía nuclear está suponiendo una electricidad más cara, por importaciones de combustibles fósiles o subvenciones a las renovables.

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