La estrategia del movimiento pro vida en EE.UU. se ha dirigido a impulsar en los estados la aprobación de leyes restrictivas del aborto. Esto ha contribuido a que descienda el número de abortos, explica el investigador Michael J. New.
El día en que los estadounidenses eligieron presidente a Barack Obama, también se pronunciaron sobre 153 propuestas sometidas a votación en 36 estados. Se aprobaron las tres que prohíben el matrimonio homosexual y se rechazaron las tres que habrían impuesto restricciones al aborto. Un estado eliminó la discriminación positiva, y otro legalizó el suicidio con cooperación de un médico.
Cómo promover la cultura de la vida ha sido la preocupación común de los asistentes a la universidad de verano organizada en Lovaina la Nueva (Bélgica) por un grupo impulsado por el profesor y escritor belga Mons. Michel Schooyans.
A menudo se dice que un embrión no puede tener derecho a la vida como una persona adulta, ya formada. Esta manera de pensar se basa en un error muy extendido hoy: la idea de que un no nacido es un individuo “en construcción”, pero los seres humanos no son fabricados como los coches.
La legalización del aborto, que suele presentarse como una liberación de la mujer, inevitablemente lleva a que el hombre quede descargado de su responsabilidad respecto a su hijo concebido. Por eso, el aborto a petición perjudica a la parte más débil.
A raíz de la demanda interpuesta por una organización cristiana, Google decide permitir anuncios de grupos cristianos de inspiración religiosa en páginas o listas de resultados sobre el término “aborto”.
En Gran Bretaña se ha reabierto el debate en torno a la relación entre aborto y salud mental. Melanie McDonagh critica a quienes se oponen a suministrar una información adecuada sobre las consecuencias del aborto.
Es frecuente que cuando el aborto entra en el terreno del debate político se comience a hablar de la preeminencia del derecho de la mujer. No es extraño que los estrategas políticos de la línea pro choice comiencen reconociendo que el aborto es un mal a erradicar, pero que en determinadas situaciones el derecho de elección de la madre prima sobre el del no nacido, a quien se elude llamar persona. Se trata de un proceso deshumanizador, que tiene su raíz en una errónea concepción de la sexualidad.