EE.UU.: El efecto de las leyes restrictivas del aborto

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La estrategia del movimiento pro vida en EE.UU. se ha dirigido a impulsar en los estados la probación de leyes restrictivas del aborto. Y ha tenido éxito, lo que ha contribuido a que descienda el número de abortos. En un artículo publicado en The Public Discourse (24 octubre 2008), el investigador Michael J. New explica los efectos de estas leyes.

En Estados Unidos, el aborto comenzó a extenderse rápidamente después de que el Tribunal Supremo dictara la sentencia Roe vs. Wade en 1973. En los años ochenta, el crecimiento se mantuvo estable hasta que se llegó al máximo histórico de 1,61 millones de abortos en 1990. Desde entonces, el número de abortos ha descendido siempre: en 2004 hubo 1,22 millones.

Para Michael J. New, la década de los noventa registró un descenso importante de abortos gracias a la sentencia Casey vs. Planned Parenthood, dictada en 1992, que permitió a los estados aprobar medidas legislativas restrictivas del aborto. El éxito de los pro vida también se debió a que, desde 1994, los republicanos se hicieron con el control de ambas Cámaras hasta la última legislatura de George Bush.

En 1992, ningún estado contemplaba la exigencia legal del consentimiento informado; en 2000, 27 estados tenían leyes de este tipo. En 1992, ningún estado había prohibido el aborto por nacimiento parcial (partial-birth abortion), también llamado por decapitación; en 2000, 32 estados lo prohibían. En 1992, sólo 20 estados exigían cierta intervención de los padres cuando las embarazadas eran menores de edad; en 2000, 32 estados ya tenían estas leyes.

Este tipo de restricciones al aborto ha provocado que, entre 1992 y 2000, el aborto haya descendido un 14%. La baja es todavía mayor en aquellos estados donde se han adoptado más restricciones: en Carolina del Sur el índice de abortos descendió un 33,57%; en Pensilvania, un 23,50%; y en Michigan, un 21,39%.

El caso de Mississippi es el más llamativo. Durante los noventa se aprobó una ley de consentimiento informado, otra que exige el permiso de ambos padres cuando la embarazada es menor de edad, otra que prohíbe el aborto por nacimiento parcial, y otra que prevé una cláusula de objeción de conciencia para los médicos que no quieran participar en abortos. En parte a consecuencia de todas estas restricciones, el índice de abortos descendió un 52,07%.

Ver artículo original: Pro-Life Politicians Have Made a Difference, Pro-Life Laws Work.

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