Driver es un presidiario que al salir de la cárcel va matando gente de una lista que se ha confeccionado mientras es perseguido por dos policías y por un asesino a sueldo. Dwayne Johnson se aleja de la imagen de grandullón amable que le ha caracterizado, y parece emular al Schwarzenegger de las películas tipo Comando. Mucha acción y rodaje correcto, pero una lamentable falta de historia. La venganza pura y simple -ya lo dijo Paul Newman en El golpe- no da para una buena historia.