No mires arriba

GÉNEROS,

PÚBLICOAdultos

CLASIFICACIÓNLenguaje soez, Sexo

ESTRENO10/12/2021

Un profesor de Astronomía y su estudiante de posgrado descubren un enorme cometa que impactará contra la Tierra en seis meses provocando la extinción del planeta. Los cálculos son tozudos, pero no será fácil avisar del peligro a un mundo pendiente de las pantallas de su móvil.

Después de las notables La gran apuesta y El vicio del poder, Adam McKay estrena una hilarante comedia negra que es, al mismo tiempo, una cruel sátira política y una lúcida denuncia social. Porque McKay, con un guion afiladísimo, aprovecha un argumento propio del cine de ciencia ficción para emprenderla a golpes contra un montón de trastornos que aquejan a nuestra “avanzada” sociedad: desde la superficialidad casi insultante de muchos planteamientos vitales hasta la adicción a las redes sociales, el descrédito absoluto de la clase política, el deterioro de los medios de comunicación, la connivencia con las fake news y, sobre todo, la capacidad de reducir hasta lo más importante –la supervivencia– a un bien de consumo.

Son solo algunas de las cuestiones que aborda una película que habla, además, de la facilidad para manejar la opinión pública con un par de eslóganes, de la dictadura de la tecnología, de la importancia de los lazos familiares e incluso del papel de la religión. Muchos temas porque pocas veces se puede disfrutar de un guion con un contenido tan denso, tan abigarrado y tan sumamente ingenioso. Un guion que habla continuamente –ya pasaba en las dos películas anteriores de McKay– a la inteligencia del espectador y que le hace preguntarse qué tipo de sociedad estamos construyendo. Una sociedad lanzada al emotivismo y al individualismo, y que se muestra incapaz de resolver los conflictos con racionalidad, valentía y espíritu constructivo. Como telón de fondo, planea la cuestión del cambio climático pero, como McKay tuvo que retrasar el rodaje por culpa del covid19, claramente la película se enriquece también de esa mirada y reflexión sobre cómo hemos afrontado y seguimos afrontando la pandemia.

Para rematar la jugada de una película notable, gamberra, soez y decididamente adulta por su enfoque y tono, hay que destacar un montaje milimétrico que aporta ritmo y energía a la historia y un reparto de cinco estrellas. Todos –y repasen ustedes la ficha para valorar quiénes hay en ese todo– están soberbios pero lo de Meryl Streep, en su descacharrante interpretación de la populista presidenta de los EE.UU., es estratosférico. Que es un adjetivo muy ad hoc para esta inteligentísima farsa apocalíptica.

Ana Sánchez de la Nieta
@AnaSanchezNieta

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