Una versión de esta reseña se publicó en el servicio impreso 96/14 Correctamente narrada e interpretada, esta adaptación del segundo libro de la Biblia apabulla al espectador por la impactante puesta en escena del inglés Ridley Scott (Alien, Blade Runner, Gladiator), resuelta con una clásica planificación colosalista, un montaje trepidante y unos efectos visuales de última generación. Pero, como en
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