¿Conoces a Joe Black?

GÉNEROS, ,

PÚBLICOAdultos

CLASIFICACIÓNSexo

ESTRENO22/01/1999

Se acerca el 65 cumpleaños de William Parrish, un honesto magnate de las telecomunicaciones, querido por sus dos hijas. No imagina que le espera la muerte. Una muerte que, personificada en un joven apuesto que acaba de fallecer, le concede un impasse mientras le sirva de guía en su deseo de conocer la vida humana. Todo se complica cuando la muerte, que adopta el nombre de Joe Black, y Susan, la hija menor de William, se enamoran.

Martin Brest (Huida a medianoche, Esencia de mujer) ofrece una versión bastante libre del viejo film de Mitchell Leisen La muerte de vacaciones. Arriesga en la duración, que parece exagerada y ciertamente pesa. Pero responde a la opción de un tempo lento, ralentizado por esa concesión de una ración gratis de vida.

En su concepción de la muerte, el guión mantiene las distancias. Presenta la vida de William (genial Anthony Hopkins) como modelo de plenitud: un trabajo bien hecho, con responsabilidad y preocupación social; el amor feliz con su esposa, ya fallecida; dos hijas que le han dado muchas satisfacciones… Pero nunca plantea que, sobre esa vida, haya que rendir cuentas a alguien. Más bien parece que la recompensa de un buen comportamiento es la autosatisfacción del deber cumplido.

La película patina en el dibujo de Joe Black. Se supone que la muerte debería saber mucho sobre los humanos. Sin embargo, el personaje de Brad Pitt se muestra ingenuo, inseguro en exceso, a veces ridículo. Nos habría gustado más un señor muerte cínico y duro, al que redimiera su amor por Susan. Al no ser así, la trama romántica pierde valor (y eso que la poco conocida Claire Forlani hace un estupendo trabajo), reducida a historia de amor y lujo previsible, también en las concesiones al sexo.

¿Conoces a Joe Black? cuenta con un reparto excelente, diseño de producción de un gusto deslumbrante, música y fotografía preciosas… Pero más que un film redondo, es un film de momentos: el primer encuentro de Susan con el joven cuyo cuerpo usará Joe; William, que accede a probar la tarta elegida por su hija mayor para su fiesta; la apoteosis de la fiesta, con fuegos artificiales, que incluye la intensa conversación final de William y Joe… Momentos que quedan en la memoria.

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