Algunas películas no pretenden más que hacer pasar un rato agradable. Esta es una de ellas: una cosa pequeñita, una anécdota sencilla, romántica, bien compuesta y bien interpretada.
En Verona es tradicional que las visitantes escriban cartas a Julieta, y un equipo de mujeres, “las secretarias de Julieta”, se encargan de responder. Sophie, de visita con su novio Victor, tiene tiempo y ganas, y se une al grupo. Encontrará una carta escrita cincuenta años antes, hace de secretaria de Julieta y responde, y resucita un romance que sucedió hace medio siglo que, por supuesto, la afectará. La veterana Vanessa Redgrave no ha perdido nada de su talento, y envejece de maravilla.