La reunión entre Francisco y Kirill abre la posibilidad de un entendimiento que hasta ahora ha sido impedido por la cuestión de los católicos orientales en territorio ruso.
El patriarca de Moscú propone los valores cristianos para regenerar social y culturalmente la sociedad actual y señala la importancia de trabajar conjuntamente con otras confesiones.
El metropolita Hilarión propone un órgano de coordinación para adoptar posturas comunes y promover los valores cristianos ante cuestiones de actualidad.
Tras largas décadas de ateísmo oficial bajo el comunismo, los medios de comunicación en Rusia empiezan a prestar cada vez más atención a la Iglesia ortodoxa.