El aumento de ingresos y una disposición mayor de los lectores jóvenes a pagar por las noticias de Internet son dos signos esperanzadores para la prensa.
En los debates sociales, es fácil pensar que a uno le asiste la razón, mientras que el adversario está lleno de prejuicios. Pero, aun para vencer, hay que entender por qué el otro piensa así.
En Estados Unidos, la renta media de las familias donde las mujeres ganan más que sus maridos es de 80.000 dólares, frente a los 23.000 de las madres solas.
Robert P. George, jurista de la Universidad de Princeton, se ha convertido en un punto de referencia en la discusión pública sobre temas polémicos como la concepción del matrimonio o los asuntos bioéticos.
El empeño de Obama por garantizar la seguridad en la frontera y la disposición de los republicanos a regularizar a los sin papeles, buenas bazas para un acuerdo migratorio.
Las reacciones en Twitter a menudo no coinciden con las de la opinión pública en las encuestas, porque la red tiende a potenciar la llamada “espiral del silencio”.
Frente a la sensación de impotencia del ciudadano medio ante problemas sociales, las plataformas de peticiones online permiten a muchos movilizarse rápidamente.
En la polémica sobre el seguro sanitario y la anticoncepción, Obama ofrece una nueva “solución de compromiso” pero solo a las instituciones religiosas.
El movimiento provida ha procurado promover restricciones al aborto en las leyes de los estados y extender por todo el país una red de centros de ayuda a mujeres embarazadas.