El gobierno de Obama ha intentado cerrar la polémica en torno al llamado “mandato anticonceptivo” haciendo una concesión a las instituciones religiosas. Pero la jugada le ha salido mal porque quienes objetan por los mismos motivos sin ser organizaciones religiosas (dueños de empresas familiares, sobre todo) no se van a retirar de la batalla legal y política. Tampoco van a hacerlo los obispos de EE.UU., ya que consideran que el mandato sigue vulnerando la libertad religiosa de los individuos. Fruto
Suscripción
Contenido Oculto
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
AccederSuscripción