En distintos países, los homosexuales reclaman el matrimonio para ellos, y las uniones de hecho han obtenido algún tipo de reconocimiento legal. Esto supone, dice David Frum, del American Enterprise Institute, difuminar el matrimonio, en perjuicio de los niños (The Wall Street Journal, 16 octubre 2003).
Hoy los niños acceden demasiado pronto a los conocimientos que deberían estar reservados a los adultos, y así pierden la infancia, dice Isaac Riera en Madre y Maestra (noviembre 2003).
La ministra británica de Comercio e Industria, Patricia Hewitt, manifiesta en declaraciones al Daily Telegraph (15 octubre 2003) su preocupación por la peor consideración social que tienen las madres que deciden ser amas de casa.
En España, según la Encuesta Nacional de Fecundidad de 1999, el 26% de las mujeres declaran tener menos hijos de los que desearían, sobre todo por falta de recursos. La situación laboral, puesto que condiciona los ingresos, debe de ser uno de los factores que influyen en la fecundidad. Un estudio realizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), titulado Familia y trabajo, ¿dos aspectos reconciliables o irreconciliables en la sociedad española?, analiza la relación entre una cosa y otra.
En un comentario al documento sobre las uniones homosexuales, publicado en el Boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el profesor Ángel Rodríguez Luño, de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, escribe, entre otras cosas: