Las amas de casa contribuyen al bien de la nación

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La ministra británica de Comercio e Industria, Patricia Hewitt, manifiesta en declaraciones al Daily Telegraph (15 octubre 2003) su preocupación por la peor consideración social que tienen las madres que deciden ser amas de casa.

Según Hewitt, el gobierno laborista, al que ella misma pertenece, en política fiscal y en las ayudas para el cuidado de los hijos, aplica un doble rasero a las mujeres, concediendo ventajas económicas a las que tienen empleo y negando ayudas a las amas de casa. «Hemos dado la impresión de querer que todas las madres trabajen fuera de casa, y preferiblemente a tiempo completo tan pronto como sus hijos cumplen unos pocos meses. Pero tenemos que adoptar una postura en que todos, sociedad y gobierno, reconozcamos y valoremos el trabajo que gratuitamente la gente realiza para atender a su familia. Me refiero tanto a las madres como a los padres y a la gente que cuida de sus parientes mayores o discapacitados».

Para la ministra británica, «el punto de partida es dejar claro que valoramos y premiamos por igual el tiempo dedicado a la familia y el dedicado al trabajo». «No nos corresponde dirigir a las personas hacia una forma de vida u otra, pero sí proporcionarles verdaderas alternativas». Por ello el gobierno planea reformas fiscales para ayudar más a las madres que se quedan en casa.

La ministra Hewitt tiene una visión distinta a la del Instituto británico para la Igualdad de la Mujer, para el que todas las mujeres deben trabajar fuera a fin de «contribuir a la economía nacional». En cambio, para Hewitt, «los padres que se quedan en casa para atender a sus familias contribuyen a largo plazo al bien de la nación». Al mismo tiempo advierte del peligro que supone para el país la baja natalidad si la maternidad no goza del debido reconocimiento. A este respecto dice que «cada vez hay más mujeres que se encuentran en la difícil situación de tener que elegir entre el trabajo que quieren y los hijos que les gustaría tener».

Haciendo alusión a su caso personal, Hewitt señala que «cuando miro atrás me gustaría haber trabajado media jornada cuando mis hijos eran pequeños. A pesar de tener una niñera siempre me gustó estar con mis niños y llevarles al colegio. Si dispusiera de ese tiempo otra vez haría todavía más cosas con ellos». En todo esto no hay que olvidar, dice Hewitt, que «lo más importante para las personas son sus relaciones personales. Lo que más felices les hace es un buen matrimonio y una buena familia».

Las palabras de la ministra Hewitt llegan poco después de los resultados de una reciente encuesta realizada por la revista Mother & Baby a 2.000 mujeres británicas con hijos pequeños. El dato más significativo es que, tras el nacimiento de un hijo, dos de cada tres mujeres desearían abandonar su trabajo externo para dedicarse completamente a la familia.

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