El debate suscitado en la prensa estadounidense en torno a la legalización del matrimonio homosexual en el estado de Nueva York ofrece algunos argumentos inesperados.
El movimiento gay ha alcanzado un gran triunfo político con la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo en el estado de Nueva York. Su éxito no hubiera sido posible sin la decidida actuación del gobernador, Andrew Cuomo, católico, que no ha dudado en imponer sus convicciones.
Mientras estrellas de Hollywood apoyan las bodas gay, un deportista famoso como David Tyree, icono del fútbol americano, defiende que el matrimonio es solo entre hombre y mujer.
En EE.UU. siguen las batallas políticas sobre el “matrimonio gay”. Pero la redefinición del matrimonio no es neutra: afecta a los niños, a la idea de paternidad y a la intervención del Estado en la familia.
Partiendo de su experiencia personal y profesional, Meeker explica las claves para educar la masculinidad, fomentar las virtudes entre los chicos y recuperar el papel de padre en su formación.
Una comisión creada por el gobierno británico hace recomendaciones para que los medios y la moda dirigida a los menores no fomenten un clima de sexualización.
En el contexto de crisis actual, los Estados tienen que resistir la tentación de descuidar las políticas familiares, advierte un reciente informe de la OCDE.
Presionado por el movimiento gay y organizaciones afines, renuncia el despacho de abogados contratado para defender ante los tribunales que los estados no tengan que reconocer el matrimonio homosexual.
No querer tener hijos hasta estar bien “instalados” y el desconocimiento de la evolución natural de la fertilidad contribuyen a que muchas parejas no logren el embarazo cuando lo desean, señala el Prof. López Guzmán.