Netflix produce una miniserie documental sobre cinco grandes directores que contribuyeron a ganar la Segunda Guerra Mundial desde un singular frente de batalla: el cine.
La nueva serie que propone Netflix aborda un caso muy sonado en los años 90 en EE.UU.: el del proceso al futbolista y actor O. J. Simpson, acusado de asesinar a su exesposa y a un amigo de esta.
Catherine Cawood, una oficial de policía eficaz y valerosa, hace lo indecible para evitar que su mundo familiar, surcado por la muerte, el crimen y la drogadicción, se vaya por la borda.
Las series para canales de pago no son como las demás: suelen adentrarse en temas oscuros, y algunas están pensadas como armas para las batallas culturales.
Pese a la vistosidad de los escenarios y el talento de las interpretaciones, el guion resulta muy insuficiente para reflejar una de las épocas de mayor esplendor cultural de la humanidad.
La investigación de un crimen da pie a presentar la complejidad racial y religiosa de la sociedad estadounidense sin ceder al discurso políticamente correcto.
En un mundo tan hiperconectado, la serie de Sam Esmail confirma los temores de muchos: adentrarse cada vez más en el ciberespacio pone en riesgo la privacidad y la seguridad.