El guionista de “El ala oeste de la Casa Blanca” se estrena en la dirección con la historia de una mujer que organiza partidas de póker clandestinas y alcanza el éxito pero le falta afecto.
Recurrir a actores mayores para interpretar papeles de adolescentes provoca en estos percepciones irreales sobre su edad, los cánones de belleza y su propia madurez.
El octavo episodio de la saga lleva el aliento de la trilogía original, con una certera realización y unas interpretaciones que destacan la hondura de los personajes.