Los tratamientos hormonales a menores con disforia de género se están administrando más bien a ciegas, pues no hay pruebas empíricas de que sean beneficiosos. Tal es el resultado de una revisión, hecha por un organismo británico, de los estudios publicados hasta ahora. Ninguno es concluyente.
Desde hace algunos años hay preocupación en el Reino Unido por las terapias de cambio de sexo en menores: se teme que se estén empleando con demasiada ligereza. Primero llamó la atención el inexplicable aumento, fuerte y brusco, de niños –sobre todo ni� ...
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.