Oh es un alienígena tan cariñoso, optimista, entusiasta y torpe que todos lo esquivan. Él no entiende por qué su especie está siempre huyendo e invadiendo planetas. Ahora le ha tocado el turno a la Tierra, cuyos habitantes han sido recluidos en Australia, eso sí, en casitas confortables. Tras su enésima metedura de pata, Oh tropieza con Tip, una niña de fuerte personalidad que se oculta en la ciudad, mientras ansía encontrar a su madre, que ha sido abducida por los alienígenas. Juntos se lanzarán a una peligrosa odisea.
Esta nueva producción de DreamWorks ofrece una brillante animación en 3D, con fondos cuidados, personajes muy expresivos, una sugerente planificación y un ritmo ágil. Además, los protagonistas resultan entrañables, protagonizan unos cuantos golpes de humor muy divertidos, y acaban encarnando un bello elogio de la amistad, la solidaridad y la familia, con la caridad como camino y el verdadero sentido de la palabra hogar como punto de llegada.
Los chavales –sobre todo los más pequeños– pasarán un buen rato con esta película. Pero al público juvenil y adulto le pesará el tono ingenuo, previsible y poco sutil del guion, cuyos personajes y conflictos recuerdan a otros filmes de animación anteriores. Tampoco depara sorpresas la solo correcta puesta en escena de Tim Johnson, mucho menos imaginativa que las que desplegó en Hormigaz, Simbad: La leyenda de los siete mares o Vecinos invasores. Home deja la agridulce sensación de “una más de DreamWorks”.
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