Hitchcock cuenta los problemas del artista tras conseguir dos rotundos éxitos: Vértigo y Con la muerte en los talones (North by Northwest). El director, muy narcisista, solo se fija en las críticas negativas y se empeña en demostrar que sigue siendo el mejor.
La novela de Robert Bloch sobre el asesino Ed Gein le da la idea para realizar una película diferente, Psicosis (Psycho). El proyecto no agrada a nadie, pero Hitchock, en medio de grandes dificultades, logra llevarlo a cabo y, de paso, contribuye a cambiar la industria del cine.
El guion se basa en el libro Alfred Hitchcock and the Making of “Psycho”, de Stephen Rebello, y se centra –demasiado– en la relación del matrimonio Hitchcock, Alfred y su esposa Alma, ya en el otoño de su vida, y en la infantil obsesión del director por sus actrices rubias, de modo que el apasionante relato que se espera sobre la realización de una película mítica resulta decepcionante. Queda en su lugar una agradable comedia ligera en torno al director británico, sus manías, su ego y su maravillosa mujer.
A algunos les sorprendió la elección de Anthony Hopkins para el papel de Hitchcock, pero hay que reconocer que, al final, convence. Aunque –todo hay que decirlo– Alma, interpretada por Hellen Mirren, roba la película a su marido.
