Una operación de espionaje mediante drones en África. Un grupo de yihadistas en el punto de mira. Un inminente atentado suicida. Y con él, el entramado de decisiones militares, políticas y éticas. De esto habla Espías desde el cielo, un vibrante thriller que funciona a la perfección, pese a ser una película de acción… con gente que apenas se mueve unos metros.
Espías desde el cielo sigue al dictado las normas del género, o mejor dicho, las mima. Hay un casting cuidado: qué acierto poner a dirigir la operación militar a una poderosa y siempre convincente Helen Mirren, y qué bien le da la réplica el desaparecido Alan Rickman en la que ha sido una de sus últimas apariciones en el ...
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.