Colt Seavers es un prestigioso especialista. Un doble de acción. Su trabajo consiste en caer, chocar, golpear o incendiarse. Ama su trabajo… y a Jody Moreno, una atractiva directora de fotografía.
Hay películas que encierran en su proceso de producción otro largometraje. El especialista es, en realidad, un remake de una popular serie norteamericana de los ochenta, The Fall Guy, traducida por Profesión Peligro en América Latina. La serie contaba las aventuras –y desventuras– de Seavers, un doble que trabajaba como cazarrecompensas en su tiempo libre. El productor y fundador de la productora Entertainment 360, Guymon Casady, soñaba con adaptar su serie favorita a la gran pantalla. Terminó comprando los derechos al creador, Glen A. Larson (ojo: creador también de El coche fantástico), y le propuso a David Leitch dirigirla. Leitch, antes de dirigir algunos títulos de acción (Atómica, Bullet Train o Deadpool 2), había pasado décadas trabajando como especialista. Fue doble de Brad Pitt cinco veces y cuenta que, al observar de cerca a David Fincher en El club de la lucha, se quedó hipnotizado por el proceso de creación artística y descubrió que quería dirigir.
Estos datos ayudan a entender que El especialista no es simplemente una película de acción: que sí. O la oportunidad de ver juntos a los vistosos Gosling y Blunt después de su duelo en Barbenheimer: que también. El especialista es, además y sobre todo, un homenaje a la industria del cine a través de una figura desconocida pero absolutamente necesaria: los dobles de acción.
Y es, en segundo lugar, un ejemplo de cine de género que bebe en los clásicos y demuestra que la fórmula funciona. Una película de acción y aventuras que encierra, a su vez, una estilosa comedia romántica. Una propuesta aparentemente sencilla y tremendamente eficaz que se apoya en los mimbres que funcionan desde hace un siglo en el cine: historia y personajes. O, con otras palabras: guion. Un libreto que cuida los giros de la trama, que consigue sorprender en un género muy trillado y que construye bien cada uno de los personajes y sus arcos de transformación. Si a eso le sumas la química de Ryan Gosling y Emily Blunt, la compañía de Aaron Taylor-Johnson, Hannah Waddingham en el papel de villanos y la impagable sensación de “rodaje disfrutado” tienes todas las fichas para que la película entusiasme al público. La taquilla tendrá la última palabra.
Ana Sánchez de la Nieta
@AnaSanchezNieta