La cinta recrea la historia real que llevó a la muerte al secretario general de Naciones Unidas, el sueco Dag Hammarskjöld, en 1961. Llevaba en el cargo desde 1953, y la película se centra en su gestión de la independencia del Congo. Sus esfuerzos por conseguir una independencia real le llevaron a enfrentarse a los intereses belgas y al presidente golpista Moise Tshombe. Decide en solitario una gran operación con los cascos azules, sin contar siquiera con el apoyo explícito de Kennedy. Cuando viajaba en avión para negociar con Tshombe, el aparato se estrelló en extrañas circunstancias. Pero la película toma partido claramente sobre la autoría del “accidente”.
La película es muy clásica en su narración, afianzada en una excelente interpretación de Mikael Persbrandt. La intriga política está muy bien llevada en ritmo y giros de guion. La vida privada y espiritual del protagonista está interpretada en clave actual y le presenta como un homosexual reprimido por miedo a salir del armario. Pero esta subtrama no eclipsa la fuerza del argumento principal. Una película tan intrigante en lo cinematográfico como interesante en lo histórico.
