Este drama deportivo se basa en la historia del británico Eddie el Águila, que participó en los Juegos Olímpicos de Invierno en Calgary (1988) como saltador de esquí. Y logra trascender los convencionalismos del subgénero, usándolos cuando le conviene a su favor, sin ser cargante. Y es que el espectador tiene claro que, en sintonía con el espíritu olímpico y la máxima de Pierre de Coubertin –lo importante no es ganar, sino participar–, lo que le importa a Eddie Edwards es competir en los Juegos Olímpicos. Lo que no tiene nada fácil, por problemas físicos desde la infancia y la extracción humilde de su familia. Pero Eddie tiene a su favor un optimismo a prueba de bombas, que alguno describiría como ingenuidad, y una fu ...

Contenido para suscriptores

Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.

Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.