Una versión de esta reseña se publicó en el servicio impreso 80/14

París, noche del 24 al 25 de agosto de 1944. En su suite del Hotel Maurice, el general alemán Dietrich Von Choltitz se dispone a destruir e inundar la ciudad para ralentizar el avance de las tropas aliadas. Pero entonces accede a la habitación el cónsul sueco Raoul Nordling, que despliega todos sus recursos diplomáticos para evitar que Von Choltitz ejecute esa demencial orden de Hitler.

El septuagenario cineasta alemán Volker Schlöndorff (El tambor de hojalata, Muerte de un viajante, El noveno día) adapta en Diplomacia la obra teatral de 2011 con la ayuda de su autor, el dramaturgo francés Cyril Gely. Su gran baza es el memorable duelo interpretativo entre los veteranos André Dussollier y Niels Arestrup, que sacan brillo a cada uno de los sustanciosos diálogos y puntos de giro que impulsan la trama con agilidad. Por su parte, la cámara de Schlöndorff mima a los actores al tiempo que suaviza la opresiva atmósfera teatral a través de una planificación muy vigorosa y de inteligentes salidas a las calles de París, ambientadas con esmero.

Todo esto da entidad artística a la lúcida perspectiva del guion, incisiva en su humanísimo retrato de los dos protagonistas, equilibrada en sus críticas a las injusticias y crueldades de uno y otro bando, y profunda en su disección de los afilados dilemas morales que se plantean, principalmente en lo referente a los límites éticos que suscita un tema tan delicado como es el de la obediencia debida. Queda así una espléndida reconstrucción histórica y un decidido elogio de la negociación diplomática frente al horror de la guerra.

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