Hoy se tiende a elevar los estilos de vida al nivel de la fe religiosa, aunque no todos, porque unas convicciones se definen más dignas de respeto que otras.
El retroceso de los partidos socialdemócratas en Europa está provocando debates sobre las causas de la pérdida de apoyo electoral y sobre qué bases reconstruir el proyecto socialista.
Medio siglo después del histórico congreso de Bad Godesberg, en el que renunció al marxismo y aceptó la economía de mercado, el SPD alemán intenta definir una orientación para superar la peor crisis de su historia.
Rasgado general de vestiduras contra el vicepresidente del Bundesbank por criticar a los inmigrantes que rechazan los valores europeos pero no las subvenciones estatales.
Ante la derrota de los partidos de izquierda en las recientes elecciones europeas, los análisis políticos intentan desentrañar una paradoja: cómo es posible que la izquierda no salga beneficiada en un momento de crisis del capitalismo, cuando los gobiernos vuelven a recurrir a políticas más intervencionistas.
En su último libro, Por qué debemos llamarnos cristianos, el senador italiano Marcello Pera analiza la relación entre un planteamiento liberal bien entendido y los valores cristianos.
El nuevo Plan, puesto en marcha por el presidente Hugo Chávez con un declarado signo ideológico, define su estrategia para adoctrinar a los venezolanos en el “socialismo del siglo XXI”.
El centenario de Isaiah Berlin (1909-1997), insigne representante del pensamiento liberal, es la ocasión para analizar su concepto de la libertad política.
Los abusos del mercado financiero, que están en el origen de la crisis económica actual, han llevado a replantearse la vuelta a fórmulas socialdemócratas. Pero ¿qué significado puede asignarse a esta ideología en el contexto del mundo actual?
Con motivo del estreno de la película de Steven Soderbergh, Che: el Argentino, Lorenzo B. de Quirós hace un desmitificador análisis de este icono de la izquierda del siglo XX en un artículo publicado en El Economista (11-09-2008).
El aumento del relativismo moral no ha llevado a una mayor libertad de discusión, sino a la creación de nuevos tabúes tanto en el ámbito universitario como en el campo de la medicina.