Un 007 más viejo y nostalgia por los espías de otros tiempos dan un poco de profundidad a la acción típica de la serie, muy espectacular y muy bien rodada esta vez.
La saga concluye con una buena película, claramente mejor que la anterior, en que los recursos técnicos y estéticos ya no sorprenden, pero la historia está contada con gran fuerza.
Continúan las aventuras de un Harry Potter crecido que se enfrenta al maligno Voldemort en una película de buen nivel, con menos acción y fantasía que las precedentes, pero con más tensión y dramatismo.
Película sorprendente por acertar a entrar en un tema tabú (la muerte de Diana de Gales) y no hacerlo de puntillas, pero sí con suma elegancia, respeto e incluso ecuanimidad.