Christopher Nolan cierra su trilogía sobre Batman, con una película notable pero demasiado larga, dentro de un estilo muy personal de afrontar el cine de superhéroes.
La saga concluye con una buena película, claramente mejor que la anterior, en que los recursos técnicos y estéticos ya no sorprenden, pero la historia está contada con gran fuerza.
León, asesino a sueldo, se encuentra una huerfanita de 12 años, que no puede olvidar al hombre que asesinó a su familia. Ella acabará convirtiéndose en su perdición.