Disney vuelve sobre el famoso cuento clásico con actores y efectos especiales. El resultado es notable, pero no alcanza la altura de su excelente versión animada de 1992.
Inteligente película que esquiva el biopic convencional para ofrecer un pequeño ensayo trágico sobre el cine y la vida, encarnado en un mítico juguete roto.
La saga concluye con una buena película, claramente mejor que la anterior, en que los recursos técnicos y estéticos ya no sorprenden, pero la historia está contada con gran fuerza.
Continúan las aventuras de un Harry Potter crecido que se enfrenta al maligno Voldemort en una película de buen nivel, con menos acción y fantasía que las precedentes, pero con más tensión y dramatismo.