Se multiplican en Francia las demandas por el uso de píldoras anticonceptivas de tercera generación, que dejarán de ser financiadas por la sanidad pública.
Algunas agencias de la ONU han presentado las políticas liberalizadoras del aborto como algo necesario para reducir la mortalidad materna. Pero el caso de Chile demuestra que la maternidad segura tiene mucho más que ver con otros factores.
Un estudio realizado en África halla que las mujeres que usan anticonceptivos orales o inyectables tienen casi el doble de probabilidad de contraer o transmitir el sida.
Las pensiones en España estarán en riesgo mientras no se supere el estancamiento de la natalidad, confirmado por las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística.
El aborto no ayuda a cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio sobre la salud materna. La mejora de la atención durante el embarazo y el parto, sí.
La Organización Mundial de la Salud, que hasta hace pocos años cifraba en medio millón anual la mortalidad materna, anuncia ahora una reducción del 34%. Un baile de cifras que revela la precariedad de estas estadísticas.
Como en otros países, en la India la “anticoncepción de emergencia” se está convirtiendo, por la facilidad de obtenerla, en un método de uso frecuente.
Frente a los riesgos para la salud que entrañan los anticonceptivos, la planificación familiar natural es completamente segura. A la vez, los estudios científicos recientes muestran que tiene una elevada eficacia, gracias a los métodos actuales de diagnóstico de la fertilidad.
En Singapur, la caída de la fecundidad ha dado origen a un movimiento de iniciativa civil que pretende sensibilizar a la opinión pública sobre la importancia de la familia.
Primer libro dedicado a la PDS y que aborda el debate sobre su carácter anticonceptivo o abortivo, y sus posibles efectos secundarios en la salud de las usuarias.