Varios estudios señalan que, en los hogares encabezados por progenitores con estudios superiores, los menores hacen un uso más provechoso y limitado de los recursos digitales.
Cierto recelo hacia el uso de móviles, tabletas y otros dispositivos, se ha atenuado bastante en estos días de pandemia, al constatarse de primera mano su utilidad.
La nueva ley francesa contra la difusión de contenidos ilícitos por Internet obliga a las redes sociales a retirarlos en las 24 horas siguientes a recibir la denuncia.
Permitir que los menores accedan a la plataforma digital o aparezcan en ella exige precaución, pues conlleva riesgos que los adultos no siempre advierten.
Si hasta hace poco la adicción a las pantallas parecía tema de adolescentes y jóvenes, sus padres también se aficionan en exceso a las tecnologías y no ponen límites al tiempo de uso.
Para el director general de la Fundación Aprender a Mirar, la cuestión no es dar la espalda a las nuevas tecnologías, sino aprender cómo relacionarse positivamente con ellas.
El trato entre los alumnos de un colegio en Francia se ha enriquecido desde que el director impulsó una iniciativa para reducir la dependencia de las pantallas.