Los tradicionales prejuicios raciales tienen que disfrazarse en EE.UU. con otros ropajes. En España, los prejuicios antirreligiosos se utilizan a cara descubierta.
La irrupción de Sarah Palin en las elecciones presidenciales americanas ha servido para hacer ver que en la pasarela pública no se lleva solo el tipo de mujer políticamente correcta,y que hay sitio para modelos más atrevidos.
En los últimos tiempos, la mejor garantía para que una estrella acapare portadas es tener gemelos. Ricky Martin ha encargado los suyos a una madre de alquiler.
El Dr. Luis Montes, que fue motivo de polémica por supuestas sedaciones irregulares a pacientes terminales en el Hospital Severo Ochoa de Leganés (Madrid), pide ahora la legalización de la eutanasia.
Lo curioso de estos eventos es que ya no basta con divertirse sencillamente, sino que hay que asegurar que la diversión va de la mano con la redención del planeta.
Permitir la fecundación artificial a una mujer sola implica creer que para el hijo el padre es prescindible. Barack Obama, conocedor del asunto por la experiencia de la comunidad negra norteamericana y la suya propia, no diría lo mismo.
Clamor en Francia contra la anulación de un matrimonio por engaño sobre la virginidad de la novia. La sentencia se atribuye a una mentalidad superada, pero es difícil de atacar con la moderna subjetividad que impera en el Derecho de familia.
El Ministerio de Asuntos Exteriores español ha tenido que hacer un despliegue diplomático en Gambia para lograr la liberación de dos turistas españoles, acusados de hacer proposiciones deshonestas a dos taxistas.
Uno de los logros más significativos del viaje de Benedicto XVI a Estados Unidos ha sido el cambio en la percepción de la figura del Papa por la opinión pública. Los comentarios de prensa coinciden en reflejar la sorpresa de mucha gente -católicos y no católicos- ante ese Papa que les ha encantado.
Porque tres ministros católicos del gobierno británico se oponen al proyecto de ley de fecundación artificial, se plantea la cuestión de si pueden mezclar la política con sus creencias religiosas. Pero ¿dónde está la religión en ese asunto?
La reacción del gobierno socialista español ante el documento de la Conferencia Episcopal con motivo de las elecciones no ha sido discutir su contenido, sino negar la legitimidad de los obispos para intervenir en el debate público.