Según la presidenta de ICATC, una asociación de psicólogos y psiquiatras católicos, abrirse al mundo espiritual del paciente permite tratar sus problemas con más hondura y humanidad.
Un reciente ensayo del filósofo rumano Costica Bradatan pone de manifiesto la ceguera a la que aboca la obsesión contemporánea por triunfar y tener éxito.
Hoy tenemos al alcance de la mano multitud de cosas tentadoras que ver o hacer, sobre todo en el teléfono móvil: apuestas, videojuegos, pornografía, compras… Las “drogas digitales” están provocando una expansión de conductas adictivas o compulsivas.
Según un investigador especializado en el tema, el prototipo de depredador impasible e irredimible no representa a la mayoría de quienes sienten estos impulsos.
Los chatbots de inteligencia artificial carecen de experiencias humanas reales, por lo que conviene no personificarlos ni dar automáticamente por buenas todas sus sugerencias.
Varios estudios señalan cómo la dedicación a otros a tiempo completo y las altas expectativas –propias y ajenas– pueden generar “burnout”. Pero hay formas de prevenirlo.
Autor de una columna semanal y de un reciente libro sobre el tema, Brooks señala algunas condiciones para alcanzar la felicidad y los obstáculos culturales que se interponen en el camino.
Según Tyler VanderWeele, director del Human Flourishing Program de Harvard, el sentido moral, las amistades profundas y la práctica religiosa son trampolines hacia la vida plena.
El autodiagnóstico del trastorno a partir de criterios no científicos difundidos “online” y la falta de conocimiento pueden oscurecer la correcta valoración y tratamiento de este.