El joven Arthur Vlaminck acaba de ser fichado por el carismático ministro de Asuntos Exteriores francés Alexandre Taillard de Vorms, para ayudar en el lenguaje de sus discursos. Allí descubre las bambalinas del poder. Bertrand Tavernier estructura su film con lo que parecen viñetas de la diplomacia francesa, cada una encabezada con una frase de Herodoto alusiva a los temas tratados. Enfoque adecuado si se tiene en cuenta que está adaptando el magnífico cómic de Christophe Blain y Abel Lanzac, premiado en Angoulême en 2012, autores que se inspiran para su protagonista en Dominique de Villepin. El film tiene el mérito de adecuarse y homenajear al mundo de la viñeta, y Tavernier logra un inusitado dinamismo. Al estil ...

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