El gobierno de Salvador Sánchez Cerén, que en 2014 puso punto final a la tregua con las pandillas, busca reducir la criminalidad sin caer en el exceso de concesiones que hizo su predecesor.
Un programa financiado por EE.UU. en el país centroamericano persigue arrebatar a los jóvenes de las garras del crimen y disminuir los niveles de violencia. Ya hay resultados.
En varios países desarrollados, los homicidios por arma de fuego son tan raros como morir en EE.UU. tras caer de una escalera o ser impactado por un rayo.
Casos como el recién ocurrido en San Bernardino son los más espantosos y conocidos, pero representan solo una pequeña parte de la violencia letal con armas de fuego en Estados Unidos.