Resistencia en Francia y California contra la pretensión de utilizar la escuela pública y los manuales escolares para adoctrinar sobre una particular visión de la sexualidad.
El debate suscitado en la prensa estadounidense en torno a la legalización del matrimonio homosexual en el estado de Nueva York ofrece algunos argumentos inesperados.
El movimiento gay ha alcanzado un gran triunfo político con la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo en el estado de Nueva York. Su éxito no hubiera sido posible sin la decidida actuación del gobernador, Andrew Cuomo, católico, que no ha dudado en imponer sus convicciones.
No estar de acuerdo con los presupuestos claves del movimiento gay no supone ser “homófobo”, sino “homoescéptico”, igual que ocurre con la no aceptación de cualquier otra creencia.
Obama ha decidido que el Ministerio de Justicia no defienda ante los tribunales la inconstitucionalidad de las bodas gays. Pero el Congreso puede hacerlo en su lugar.
Las bodas entre personas del mismo sexo solo suponen el 2% del total y los colectivos que impulsaron la norma dicen ahora que el matrimonio ya no responde al cambio social.
El gobierno de la comunidad autónoma de Cataluña está investigando a una clínica de Barcelona donde un psiquiatra trata a personas homosexuales que buscan cambiar su situación.