El ruso Sergei Bodrov aspiró al Oscar con esta película kazaja sobre la juventud de Genghis Khan, el príncipe mongol que logró unir a su pueblo y convertirlo en dueño de uno de los imperios más extensos de la historia.
El director de Moulin Rouge hace una película “como las de antes”. De larga duración, con trama “bigger than life”, en un marco de proporciones épicas, y contenedora de una apasionada historia romántica.
Supera a la primera entrega en animación y en guión, y aunque resulta un tanto convencional, es un divertido pasatiempo que gustará a un público muy amplio.
En Los Ángeles, años veinte, una niña inmigrante y un actor especialista coinciden en un hospital. Película atípica que consigue un alto nivel de melodrama.
Esta pequeña y emotiva película va por libre y sin complejos, y dice alto y claro cosas sobre el influjo benéfico de la familia, la defensa de la vida del no nacido y la belleza de la fe cristiana.
Gansel ya demostró en “Napola” su interés por los jóvenes y la atracción que pueden ejercer en ellos las ideologías totalitarias. En “La ola” vuelve a abordar el tema, pero en un contexto contemporáneo.
Película amena y menos estridente que la anterior, parecida a la saga Bourne, que cumple con creces su pretensión de resucitar a un personaje devaluado.