Director: He Ping. Intérpretes: Ning Jing, Wu Gang, Zhao Xoouri, Gao Yang.
El cine chino se ha hecho definitivamente un hueco en las carteleras occidentales. Ahora le toca el turno a esta película, la tercera que dirige He Ping. Tiene similares planteamientos estéticos y narrativos que los films de Zhang Yimou y Chen Kaige, los mejores directores chinos actuales, aunque carece de su carga anticomunista.
La película hace una crítica mordaz al estricto sistema de clanes de la antigua sociedad china. Para ello, describe la trágica historia de amor imposible entre un humilde pintor callejero y la joven dueña de una famosa empresa de pirotecnia, quien, a pesar de su poder, ve coartada cualquier iniciativa por sus rígidos consejeros. El título de la película hace referencia a un tipo de cohete nupcial, tradicional en China, del que surgen los colores rojo y verde cuando hace explosión: el rojo representa al hombre y el verde, a la mujer, como símbolo de dos personas que deciden unir sus vidas para siempre.
Formalmente, el film es exquisito y ofrece imágenes preciosas, magníficamente fotografiadas y muy bien acompañadas por una música muy sugerente. De todos modos, la historia pierde fuelle a ratos, pues He Ping no consigue equilibrar plenamente sus elementos cómicos y trágicos. Esto hace que el espectador no acabe de involucrarse en el drama, a pesar de secuencias tan intensas como la del incendio o la del duelo de petardos final. Este mismo desequilibrio afecta también al trabajo de los actores, menos brillante que el que ofrecen otras películas chinas.
En cualquier caso, y a pesar de sus defectos, queda un bello y vigoroso melodrama que gustará a los amantes del cine oriental.
Jerónimo José Martín