Por si hay alguien que todavía no lo sabe, Monstruos University es una precuela que nos cuenta el origen de la amistad entre Sulley y Mike, los “asustadores” de la deliciosa Monstruos S.A. Para llegar a ser monstruos profesionales hay que pasar por las aulas, y ahí es donde se encuadra la acción de la película.
A estas alturas, elogiar el talento de Pixar –que vuelve a abrir la película con un maravilloso corto romántico protagonizado por ¡un paraguas!– sobra. La cinta luce una factura visual impecable, con un colorido espectacular y una originalidad en el diseño de los personajes verdaderamente llamativa, igual que en Monstruos S.A. La llegada de los monstruos a la universidad tiene verdadera gracia y refleja con ironía y detalle el peculiar mundo que rodea a los campus americanos (con sus hermandades, sus clubes de cualquier afición y sus fiestas) y que hemos visto, en clave casi siempre idealizada y cool, en innumerables series y películas adolescentes.
Pixar vuelve a cuidar el guion, mimando la construcción de cada personaje y las ideas-fuerza de la historia, que aquí son la importancia de la amistad, la aceptación de uno mismo y, especialmente, el valor del esfuerzo unido a la loa –muy norteamericana– de trabajar desde cero con perseverancia hasta alcanzar los sueños. En todo este discurso, hay alguna caída de ritmo e incluso –rarísimo en Pixar– algún pasaje que resulta un tanto superfluo. Son, en cualquier caso, fallos menores para una película que vuelve a demostrar el talento de Pixar.
