A sus 47 años, el director y guionista Thomas Lilti está consolidando una filmografía caracterizada por un optimismo antropológico y un aprecio por la bondad humana capaz de transformar el mundo en un lugar mejor.
En la excelente Hipócrates (2014) recordó su pasado como médico en un hospital urbano, y en la entrañable Un doctor en la campiña volcó su experiencia como médico de familia en un entorno rural. Mentes brillantes hablaba de la preparación del examen para ser médico interno residente y del desgaste del opositor.
Los buenos profesores no es La clase de Laurent Cantet (a mi juicio, una obra maestra), pero es una notable película sobre el oficio de educar. El claustro de profesores de un instituto parisino recibe a un joven biólogo qu…
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.